lunes, 9 de septiembre de 2013

LA PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA EN LA COMUNIDAD EDUCATIVA, COMO APRENDIZAJE HACÍA LA CIUDADANÍA



LA PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA EN LA COMUNIDAD EDUCATIVA, COMO APRENDIZAJE HACÍA LA CIUDADANÍA; La comunidad del Liceo Ríos de Chile ante la problemática nacional en la crisis de la educación pública 2011.

ALEX GIOVANNI DÍAZ VILLOUTA
FEBRERO 29 DE 2012.
CIUDAD DE LIRQUÉN
REGIÓN DEL BIO-BIO
CHILE.
INTRODUCCIÓN:

“La naturaleza de la práctica educativa… no permiten que sea neutra, sino siempre política…”
Freire, Paulo: La educación en la ciudad.

Nuestra naturaleza humana nos invita a la socialización, no podemos vivir en un estado individualista ni pensar que existe una remota posibilidad que la autarquía personal es una solución a la gran problemática local, nacional e internacional. No podemos cerrar las fronteras para demarcar una “sana seguridad”.
Nuestras democracias latinoamericanas se han construido de una forma desigual, la élite que ha imperado desde el siglo XIX hasta nuestra actualidad se a mimetizado de distintas formas en nuestro territorio. En lo político a entregado espacios de “participación” a medida de lo posible[1], a medida de los que se entregue, en definitiva, una democracia vigilada.
Éste trabajo busca evidenciar que a pesar del orden establecido por la élite (la misma del siglo XIX), existen experiencias actuales que tienen un origen digno de destacar, ya que surgen desde espacios educacionales altamente discriminados y contradictoriamente presentados como fracasos por ser parte de la tan “Educación Pública”.
La conceptualización de comunidad, por nosotros, llega a niveles de alta envergadura, luego de propiciar una real participación y principalmente reconocerse como integrante de la misma (comunidad) , asumiendo que se tienen objetivos comunes, problemas comunes y sometidos a estructuras por agentes dominantes comunes.
DESCRIPCIÓN:
En trabajos anteriores presenté una descripción de un proyecto investigativo experiencial denominado “Escuela de pobres”[2], dicha tesis plantea en primer lugar una identificación de elementos en común, que nuestra comunidad educativa se compone de personas que suman historias en sentido identitario y que se enfrentan a episodios de transito, bajo un denominador, el conflicto social frente a la élite dominante (los no pobres). 
Esta comunidad educativa (escuela de pobres), posee una forma de trabajo participativa y generadora de ideas, que buscan entregar un desarrollo integro a cada uno de sus participantes, fue así que en episodios coyunturales (pero de larga data) sobre el problema educación pública, iniciado por diferentes sectores como: estudiantes universitarios, secundarios, docentes, padres y apoderados, se manifestó nuestra comunidad no solamente con el adherir muy por el contrario, se gestó un nuevo espacio y mecanismo de participación, esto es: Gobierno Triestamental en la toma de decisiones.
Ahora, ¿cómo se logra esta triestamentalidad, en un Chile altamente autoritario?
En primer lugar identificando los mecanismos que entrega la autoridad administrativa[3]  Consejos escolares y aportando desde la propia experiencia comunitaria. La fisonomía estructural de la comunidad se organizó de la siguiente forma:
a.    Consejo de profesores: Instancia colegiada, compuesta por los docentes que tienen responsabilidades pedagógicas, técnicas y administrativas. Se designó un delegado que representaba a los profesores vía votación directa.
b.    Consejo de estudiantes: Integrada por la totalidad de estudiantes, pero con participación exclusiva del ciclo mayor (7º básico, 8º básico, 1º medio, 2º medio, 3º medio y 4º medio), ellos eligieron vía votación secreta y universal  a una  de las dos listas participantes, en total 5 estudiantes son los representantes asesorados por un profesor[4].
c.    Consejo de Apoderados y apoderadas: Integrada por los padres y apoderados de los estudiantes, ellos se eligen por medio de votación secreta y universal, luego se seleccionan 5 apoderados quienes representan a su cuerpo colegiado. Existe un profesor asesor[5]
Sin embargo, esta instancia es utilizada en gran parte del territorio nacional solamente para informar y cumplir con la ley, manteniendo un sentido simbólico y lejos de ser una instancia de formación ciudadana es visto como un mero trámite.
“Se plantea un debate, que hoy nos atraviesa, sobre qué significa formar ciudadanos activos, críticos, reflexivos: sujetos políticos.[6]
Nuestra comunidad utilizó la instancia legal y concedió instancias de participación directa y resolutiva en aspectos de toma de decisiones, principalmente en el proceso de movilización nacional, cada instancia entregaba su posición en los llamados a paro nacional u otra estrategia coyuntural referida al problema en cuestión. Con ello el sentir comunitario recobra un valor transcendental en el quehacer de la convivencia y respeto mutuo. Se opto literalmente por entregar las herramientas necesarias para la formación de estudiantes ciudadanos, nadie es más importante que el otro, todos somos uno, la comunidad educativa. Comprendemos que la comunidad (educativa) logra integrarse a una sociedad que no es el fiel reflejo de la primera. Nuestro caso, el chileno, muestra con mucho asombro que la sociedad ciudadana nacional fue sobrepasada por la participación comunitaria de los estudiantes que dieron cátedra al país y al mundo.
La escuela sería una comunidad y es una sociedad que enseña que más allá de las comunidades existen reglas societales que les permiten coexistir con otras, que le posibilita a cada uno hacer sus elecciones, tener sus gustos, sus deseos pero que también permite vivir juntos y darse un marco común.[7]
Es muy importante señalar que en el caso nuestro de la experiencia lo más complejo de aceptar esta forma de organización fueron los profesores, indicando que no compartían la equivalencia de rol con los estudiantes y padres – apoderados observándose en un primer momento cuestionamientos a esta nueva fisonomía en la toma de decisiones, se logró justificar y principalmente hacer entender, a los profesores, que la situación en que se encuentra la educación pública es una responsabilidad ciudadana y sin la participación de los propios ciudadanos solamente estaríamos en un conflicto gremial, y que con ello llevaría al movimiento a un rotundo fracaso.
Con el tiempo, se logró afiatar los lazos y difundir el modelo de trabajo dentro de la comuna proyectándolo hacia otras latitudes, generando principalmente dentro de la comunidad instancias de representatividad y por sobre de manera responsabilidad hacia una verdadera vocación cívica, principalmente en quienes han sido señalados como ajenos a la política contingente y despreocupados por la cruda realidad, los jóvenes.
La educación del ciudadano, la transmisión de la cultura y el desarrollo del conocimiento serían puntos de atención y de utopía, ya de por sí difíciles de abrochar porque plantean exigencias contradictorias. Y a ello ha venido a sumarse el último legado de la modernidad que es la preparación para el mundo del trabajo o para la actividad productiva.[8]
Nuestra propuesta de trabajo (como docentes) hacia la conformación de una sociedad integrada a la “verdadera” política nacional se sustenta por dejar de autodenominarse funcionarios de la educación amparados por la legalidad contractual y laboral, muy por el contrario se asume la responsabilidad de ser agentes sostenedores de la transformación de la sociedad influyendo directamente en las nuevas comunidades educativas democráticas y participativas por ende integradora.
El gran desafío sería rescatar la idea del docente como  sujeto político que está en la base de cualquier planteamiento emancipador, admitiendo la tradición cultural, depurándola, univerzalizándola y no haciéndola fundamentalista.[9]
ANALISIS DE LA EXPERIENCIA:
Nuestro objeto de estudio (comunidades educativas dentro del hacer política) se sitúa en un contexto socio-cultural como los existentes en gran parte de nuestra Latinoamérica, en donde sin mayores complicaciones se  logra observar la gran desigualdad social, con atisbos de escándalo y la eterna dominación de la élite (poseedora de capitales y poderes políticos, desde nuestra lógica: seudo-democráticos). Este tipo de contextos son impuestos y avalados para sostener el sistema de gobierno amparado por los poderes cómplices que dan la puesta en escena de nuestra cruda realidad.
En la clase 14 de nuestro diplomado, nos entrega una referencia contextual en Latinoamérica marcando un notorio alejamiento de la ciudadanía participante y por ende de un descenso se aceptación a los gobiernos de turno.[10]
Según el informe Latinobarómetro (2007) el apoyo a la democracia en América Latina ha fluctuado entre el 58% en el año 1995, 63% en 1997, 48% en el 2001, para alcanzar un 54% en el año 2007. En cambio, los partidos políticos tienen a fines del 2007 un índice de confianza promedio en la región del 20%, al cual llegan luego de un piso del 11% en el 2003.[11]
Nuestra educación es heredera de la gesta de muchos anónimos y connotados  ciudadanos que han señalado que el pueblo tiene que ser educado, instruido y disciplinado  para dar el paso de barbarie a civilizados, y que más tarde ostentarán la categoría de instrumento político, a partir de la década del 40 (siglo XIX) con la fundación de la escuela normal de perceptores (1841) y la creación de la Universidad de Chile (1842) que ejercerá la superintendencia de la Educación pública en todos sus grados[12].
En este contexto emerge desde un sector de la elite aristocrática, grupos que visualizan que la educación es esencial dentro un esquema de orden y control social (más que la mera represión pura y casta), tal fue el caso de la conocida sociedad de instrucción primaria (con fuerte presencia conservadora) que desde una visión unilateral y vertical se proponía “desasnar al pueblo” y, por el otro lado la sociedad de la igualdad que apuntaba establecer alianzas con sectores populares[13].
Los escasos avances en materia educacional eran incomprendidos y combatidos. Para un sector de la clase dirigente, por ejemplo, la ampliación de la instrucción primaria no era bien vista[14], pero con el transitar del tiempo son incentivadas numerosas iniciativas de sectores (liberales) de la elite dirigidas al mundo popular, estaban orientadas a satisfacer una cierta demanda social en el plano de la oferta de educación. Esta demanda se había expresado a lo largo del período republicano de modo soterrado. (…).Durante los gobiernos decenales de Bulnes y Montt, período agitado en lo que respecta a iniciativas relacionadas con el fomento de la instrucción primaria, se había hecho peculiarmente visible esta demanda social por educación en cartas dirigidas al Gobierno[15].
El devenir histórico del siglo XX no fue más esperanzador, más aún, en la década de los 70 se paso violentamente de la posibilidad de una educación pública liberadora (Escuela Nacional Unificada), a una educación pública subvencionada y dejada a la merced de cada una de las comunas (ley de municipalización de la educación). Desde el 11 de septiembre de 1973 concurrimos a la decadencia de la educación pública alejándola del Estado y dejándola a la posibilidad que cada comuna pueda organizar los recursos o que la mano privada de empresarios asuma tal categoría de educación pública vía decreto de fuerza de ley (LOCE)[16].
El quehacer participativo quedo truncado y evidenciando el temor social a la participación ciudadana, el regreso a la (mala) democracia en Chile, trajo la esperanza no en la propia sociedad, solo trajo la esperanza en los políticos que lograron escapar a la mano mortal de la represión civil-militar. Pero ya nada fue lo mismo, la renovación de los  (ex) líderes logro amortiguar el descontento social, dando pasos pequeños en la democracia vigilada.[17] Lo contemporáneo y actual nos muestra un desapego antinatural entre la clase política- gobernante y la ciudadanía política- observante. Se logra identificar en el caso Argentino en su constitución lo siguiente “El pueblo no delibera ni gobierna, sino por medio de sus representantes”, de esta forma la dinámica pos dictaduras en Latinoamérica buscó validar a como fuere la gerencia política traída de Europa con el gran objetivo de frenar cualquier atisbo de descontento social ante la creciente desigualdad que siguió con el rumbo ya trazado por la élite.
Hemos identificado que la respuesta oficial a la crisis en la política se verbaliza con la Crisis de la Participación[18]. En el año 2011 Chile vivió un proceso de manifestación social apuntando al sentido de la educación dentro del estado, las nuevas tendencias neoliberales señalaban que el mercado regula y tranza, por tanto los consumidores- ciudadanos “eligen”.
El gran desafío de la política contemporánea parece ser, entonces, reconstruir las instituciones representativas para que puedan concitar la confianza y la participación de los ciudadanos al tiempo que se jerarquicen otras formas de participación, que combinen instancias de control, de expresión de intereses sectoriales y de manifestación de la voluntad popular entre elección y elección.[19]
Usando el sentido histórico del proceso de instalación del fenómeno educacional chileno institucional relatado, hemos querido revalorizar nuevamente la idea de la vocación social de las comunidades educativas, que luego del proceso de maduración pos dictadura se han reconstruido desde la base social (integrantes de cada estamento) y principalmente validándose mutuamente por su real aporte a el proyecto, ESCUELAS DE POBRES.
CONCLUSIONES:
Amanera de conclusiones, nos queda ver  muchas interrogantes, una de ellas es si realmente el modelo participativo generará un cambio estructural en los jóvenes en el transcurso del tiempo y con ello asuman un rol protagónico en el mundo ciudadano, basando el trabajo en fines colectivos respetando la diversidad y la equidad social. El ejercicio interno claramente marcó una grata tendencia y trajo altos grados de responsabilidad, doblando el discurso que los “jóvenes no estaban ni ahí”[20] y en una gran sorpresa que todas y todos sumimos la tarea histórica de un mundo cada día mejor.

BIBLIOGRAFIA:
·         Archivo Fotográfico Liceo Ríos de Chile.
·         Denkberg, Ariel. Cesca, Patricia. POLITICA Y EDUCACIÓN. Apuntes clase 14 , Los saberes de la política.
·         Díaz, Alex. ESCUELA DE POBRES. Trabajo presentado en Congreso Pedagogía 2011. La Habana. Cuba.

SOBRE EL CAMINO REALIZADO:
Han sido meses de arduo trabajo, meses de una saturación extrema. Entre la rutina y el RITO.
Valoro con una categoría significativa al rito, la instancia de seguir en pie y principalmente el aliento de quien asumió la tarea de apoyarme constantemente, de invadirme en mi ánimo y de no decaer en su vital empuje.
El trabajo final significo una simbiosis de lo que era necesario entregar, repensar que los caminos en educación son miles, pero uno solo me lleva a la meta necesaria, la que logra construir y no reproducir, la que logra energizar y no decaer.
Tengo la certeza que ya nada será igual, que las lecturas me llevarán una y otra vez a la relectura de cada una de los módulos, a buscar lo no evidente, a descubrir cada espacio de mi comunidad, respetando a cada uno de los actores de ella, pero principalmente saber que nada es igual, es mejor que ayer y menos que mañana.
Gracias.




[1] Frase célebre del presidente de la transición Patrico Aylwin Azocar, (1990.1994) indicando de facto el poder que conserva el régimen dictatorial de Augusto Pinochet Ugarte aún luego de entregar la banda presidencial al presidente del senado en el traspaso de mando.
[2] Tesis presentada en Congreso Pedagogía 2011 en La Habana, Cuba. Experiencia trabajada en mesa de Participación y comunidad.
[3] La ley 19.979 de Jornada Escolar Completa Diurna crea Los Consejos Escolares para todos los establecimientos subvencionados del país. Su formación es obligatoria, por lo que no se podrá prohibir su constitución.
[4] Su misión es guiar y apoyar las iniciativas consensuadas por los estudiantes, no tiene carácter  de influyente en la toma de decisiones.
[5] Su misión es guiar y apoyar las iniciativas consensuadas por los padres, madres y apoderados, no tiene carácter  de influyente en la toma de decisiones.
[6] Denkberg Ariel, Cesca Patricia. “Política y Educación” , clase 14 de Diplomado. Crisis del discurso neutralista.
[7] Denkberg Ariel, Cesca Patricia. “Política y Educación” , clase 14 de Diplomado.Saberes y sujetos políticos.
[8] Denkberg Ariel, Cesca Patricia. “Política y Educación” , clase 14 de Diplomado. Saberes y sujetos políticos.
[9] Denkberg Ariel, Cesca Patricia. “Política y Educación” , clase 14 de Diplomado. Saberes y sujetos políticos.
[10] El politólogo español Ludolfo Paramio (2005) se pregunta por qué los latinoamericanos tienden a descreer de la democracia en mayor medida que los europeos o los africanos. Propone que la respuesta tal vez se halle en la histórica y la extrema desigualdad social de la región y en las políticas públicas clientelares, que constituyen la principal modalidad de distribución de los recursos estatales
[11] Denkberg Ariel, Cesca Patricia. “Política y Educación” , clase 14 de Diplomado
[12] La Facultad de Filosofía y Humanidades dirigió la enseñanza primaria nacional hasta 1860, y la secundaria hasta 1927.
[13]Ver información y material disponible on line en http://www.memoriachilena.cl/temas/dest.asp?id=intelectualessociedaddelaigualdad
[14] En 1857, el parlamentario Enrique Cood declaraba: "haciendo descender la instrucción sin discernimiento y con excesiva liberalidad sobre las clases inferiores, ella inspirará a los jóvenes que la reciban disgusto por su estado, desprecio por sus iguales, y el envanecimiento de una superioridad engañosa, que les hará mirar con tedio el trabajo manual, el servicio doméstico, y aún el ejercicio de aquellas artes honrosas pero humildes, que nos proporcionan la satisfacción de las primeras necesidades de la vida".
[15] Labarca Amanda, Op. Cit

[17]  Zibechi, Raúl. “Entre el golpismo y la democracia vigilada”  En www.surysur.net


[18] Pierre Rosanvallon (2007) plantea que la desconfianza de los ciudadanos hacia los políticos es un gesto político, más que signo de apatía
[19] Denkberg Ariel, Cesca Patricia. “Política y Educación”, clase 14 de Diplomado. Reconstruir la política.
[20] Se indica de esta forma para menoscabar a los jóvenes señalando su apatía política y nulo compromiso cívico. Generalmente en los sectores más vulnerables del país.