La
lógica económica aceptable en estos momentos, sin duda, se conjuga con el afán
de la búsqueda inagotable de la ganancia, con ella se nutre la vocación del
“buen emprendedor”. En la última década, las nuevas visiones del mundo
comercial-industrial civilizado han propiciado que todos somos un potencial
emprendedor y con ello todo es posible de lograr, si comprendes la mecánica de
la acción y te guías por el espíritu del nuevo hombre, fecundado por el mercado,
es decir, la oportunidad.
Dicho
de otra forma, las sociedades modernas y pos modernas han dejado atrás la
lógica originaria del capitalismo de inicios del siglo XX, basado en el
descubrimiento de la mecánica productiva a gran escala, ahora se busca la
innovación y con ello poder saciar o crear la necesidad, aunque te tilden de
loco, ya que la locura irracional logra a corto plazo la más racional acción:
entregar el bien o servicio que otros no han imaginado.
Las
instituciones educacionales públicas en Chile, las cuales han tenido que cargar
obligatoriamente con el fenómeno de la no productividad, en los últimos 20 años
evidencian notablemente una baja
sostenida de matrículas y adicionalmente no logran los estándares que el
mercado ha instalado como base de la buena gestión y el éxito mediático.
Muchos
expertos y no expertos han ocupado sistemáticamente espacios de difusión
entregando la gran receta para asegurar que todos los estudiantes logren el
éxito (del mercado), hemos visto el gran emprendimiento de informar a la comunidad por medio de “semáforos” de la
educación, por otra parte se ha dispuesto por el aparataje político una
nomenclatura de instituciones que velarán por el buen logro, basado en la
fiscalización, la sanción y el escarnio público que merecen los “no
emprendedores”. Aquí me detendré a emprender con las instituciones que “no
emprenden”.
En
la comuna de Penco por muchos años solamente existió un establecimiento de
nivel medio y éste se encontraba en la ciudad de Penco, dejando a los
habitantes de la ciudad de Lirquén con la opción de emigrar a otras comunas o
quedarse en el monopolio comunal de la ciudad de Penco, pasaron los años y nada
cambiaba. Un grupo de profesores de la Escuela Ríos de Chile, que no lograban
dar con la fórmula para encantar a la comunidad cercana, logró hacer el diálogo
perfecto con la demanda que a gritos “silenciosos” de la comunidad exclamaban a
las autoridades, con el paso de un par de años desarrollaron un emprendimiento
social, de ampliar la cobertura al nivel medio y con un adicional, la Especialidad
Técnica, lo que sin duda, no fue fácil de lograr.
Las
autoridades, al ver dicha acción, llamaron al equipo directivo, con el único
fin de que explicaran cómo habían logrado, en poco tiempo, ampliar matrícula, aumentar
cursos y convertir a dicho Liceo en una real oportunidad para los estudiantes
de la comuna, dentro de las respuestas a las autoridades se señaló:
“Señores
autoridades, ustedes no han escuchado el grito de la comunidad, ustedes no han
comprendido que la educación es un derecho y ustedes, como parte del Estado, tenían
la obligación de amparar a los “no emprendedores”, esos que no podrán
emprender, esos estudiantes que no tienen los medios
espirituales para entrar en el juego del éxito del mercado. Ustedes señores
autoridades, no han dejado los pies en las calles visitando a las familias “no
emprendedoras”, no han convencido a la comunidad “no emprendedora” que la educación pública tiene algo muy
especial… EDUCA PARA LA DEMOCRACIA.”
alex díaz villouta.
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